Mente, un reflejo – 1 de Septiembre 2016

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El universo se proyecta sobre el telón de la conciencia, del mismo modo se proyecta su percepción. La conciencia evidenciada de esta forma trae consigo la certeza de que no hay sino una realidad, la cual se explica con el ejemplo común de la luz, que es a la vez el iluminador, lo iluminado y la iluminación. Y para mi es el observador, lo observado y la observación. La idea de «telón» se usa para indicar lo elusivo de la conciencia y representa de una manera gráfica el modo como opera la manifestación.

El adecuado funcionamiento de la vida está a cargo de la conciencia. Así, por el comportamiento del individuo corriente, podemos notar que este vive su vida en las limitaciones e ilusiones del mundo, siendo eso producto de la conciencia que se ha centralizado y se ha quedado limitada.

La conciencia, al moverse en la identidad, usa la mente como un reflejo. El individuo, a través de la mente, construye el mundo que es creado en torno a ese centro. La conciencia como reflejo mental, en un grado u otro, lleva a las personas ocasionalmente a vivir una vida dura, de conflictos, porque las experiencias no fluyen adecuadamente cuando se encuentran en situaciones complicadas, impidiendo que se muevan con normalidad.

La conciencia como telón de Si mismo, emanada de lo Esencial, funciona en forma adecuada o inadecuada. Al centralizarse se limita y construye la mente individual, de manera que su poder queda centralizado y limitado simultáneamente en su funcionamiento y en la vida de la persona.

Se percibe el mundo objetivo en el estado de vigilia, de modo secuencial y con una lógica racional. En el estado de sueño con sueños el ego percibe de un modo alterado, podría expresarse con variaciones de tiempo y espacio, y bien puede escapar de la manifestación tradicional de la lógica. Los procesos de la mente se sumergen en reposo en el estado de sueño profundo. La conciencia pura es llamada turiya, o cuarto estado, por las corrientes orientales. En ella se muestra la verdad sin contradicciones. R.Malak

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