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La Puerta a la Esencia

El arte de amar

La Puerta a la Esencia (imagen sacada de la web)

Tenemos la costumbre de abrir y cerrar puertas. Las hemos inventado con la pretensión de impedir o facilitar el acceso a lo valioso, por medio de cerrojos, candados, pestillos, y toda suerte de medios. ¿Podremos de este modo evitar, quizás, que se divulguen los secretos?

Las revelaciones muestran lo que estaba escondido, y descubrimos con ello, asombrados, que estaba totalmente expuesto. Quedaban escondidas a la identidad centralizada, pero abiertas al corazón del que ha comprendido el regalo que abre lo Divino.

Cuando examinamos teóricamente el arte de amar, nos enfrentamos a un problema muy difícil. Reconozcamos que se precisa abandonar la teoría para avanzar a la práctica. Se puede aprender algo de forma teórica, pero un arte, ¿es posible desenvolverlo de otra forma que no sea practicándolo?

La dificultad del problema se ve aumentada por el hecho de que la mayoría espera recibir recetas que indiquen el cómo. ¿De qué modo hacer eso que se propone?

Para amar hay que pasar de la enseñanza, abandonando la expresión egoica, dejando de lado el pensamiento, ya sea superficial o profundo, sumergirse concretamente en la  meditación, pausada y profundamente. Es cuestión de amar, no sólo como una experiencia,  sino como una comprensión que podemos tener por y para nosotros mismos. De ese modo se está en condiciones de dar amor.

Aparece el conocimiento, que puede venir por la meditación constante, esa que muestra a Si mismo, que se fija y se funde con el conocimiento universal. De esta manera viene totalmente libre, como el cielo o el espacio.

No es posible negar que suele sobrevenir la idea de acumular conocimiento, como un mono o una ardilla que acumulan las nueces que caen del árbol. Aunque sea conocimiento espiritual, aspiran a recibir algo; esa es la dificultad real. Mientras la búsqueda esté apuntando a las formas que nos rodean, la puerta interior parece cerrarse -aparentemente cerrarse- dado que la atención se ha vuelto al demandante mundo fenoménico dejando de lado el despertar instantáneo.

“Con el amor he sido bendecido, quedando toda mi expresión expuesta al viento. Si al observar los modos quedo extasiado, ya todas las luces se han extendido. Es un problema vivir medio sumergido, ante la escucha estoy sediento y es todo un acontecimiento. Giro sin fin produciendo el olvido. En la agitada mente, todo danza. Al mirar la plenitud, que es toda hermosura, se marca como una bienaventuranza, que aparenta perder la cordura, colmando de alabanza, y expresando amor silencioso que parece locura” R.Malak

 

Inmenso secreto es el amor

Inmenso Secreto

Hablando de eso…
Soy observación, no soy exclusivamente el cuerpo, ni siquiera la bodega de pensamientos que manipula la mente. Ante esto se abren los ojos a la comprensión, los deseos quedan rezagados. Lo mismo que el hielo se convierte en agua, el agua en vapor, el vapor se disuelve en el aire, así desaparecen los deseos en el espacio del corazón disolviendo la egoidad. Mi cualidad de Ser es la misma cualidad de Ser de todo lo que existe, puro amor que se desborda en plena observación, que va más allá de toda existencia y no existencia. Bajo este accionar todo se ve bello y perfecto, la capacidad de amar es tan extraordinaria y simple que se mantiene en silencio cuando es cubierta por la obsesión absurda de pedir ser amado. Que inmenso secreto. R.Malak

Espejismo

Ilusión

Todo sufrimiento nace del deseo, en cambio el amor verdadero no frustra. El deseo de expresión que viene a la mente atrapa. Mis deseos y mis apegos son una parte del mundo que vivo, lo mismo que los árboles están ahí, igual que las nubes están ahí, ellos son como son, y yo soy como soy. La mente confundida por ideas erróneas es adicta a pensar, afecta a mis apegos. Sin amor todo es contaminado, incluso la vida misma se vuelve espejismo e ilusión.

A veces se confunde la felicidad como si fuera una experiencia. La experiencia es pasajera, tiene principio y fin, en cambio la felicidad es una forma de Ser o conciencia que se muestra como puro gozo, es nuestra naturaleza original, que ha estado cubierta por las estructuras, apegos y aprendizaje inapropiados. Esta se encuentra constantemente aquí y ahora, presente, en el presente activo. Desde aquí se percibe el amor como emanación y al vivirlo lo podemos considerar como el centro de todo, se aparece como Ser, que es universal.

Cuando hablamos de las existencias ellas reflejan devenir, cambio, nacimiento y muerte, mientras que en Ser hay paz silente.  A más de algún buscador les aparece la necesidad de no sostener más conceptos condicionantes. Lo que se muestra como una necesidad apremiante es resolver, de una vez por todas y permanentemente, el falso sentido de ser esta identidad limitada por el tiempo, el espacio y prisionera de la leyes de la causalidad. R.Malak

El pensamiento no alcanza al amor, expresión de lo Real

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Tres textos que me llegaron en el espacio de 30 minutos aproximadamente. El primero, porque me lo envió mi amigo Roberto Machado desde Brasil. El segundo lo recogí del blog de Victoria “Lecturas Advaita”. El tercero, haciendo unas revisiones a nuestro libro, abriéndolo al azar. Tiene todo que ver en común, está claro que la señal hacia lo real puede provenir de distintas partes, pero apunta siempre a lo mismo. Comparto con ustedes.

MEDITACIONES 1969 PARTE 1. J. Krishnamurti

En el espacio que el pensamiento crea alrededor de si mismo no hay amor. Este espacio divide al hombre del hombre y en él está todo el llegar a ser, la batalla de la vida, la agonía y el temor. La meditacion es el fin de este espacio, el fin del yo. Entonces las relaciones tienen un significado muy distinto ya que en ese espacio, que no está hecho de pensamientos, el otro no existe ya que tú no existes. La meditación entonces no es el logro de alguna visión santificada de alguna manera por la tradición. Más bien es el espacio infinito donde el pensamiento no puede entrar. Para nosotros el pequeño espacio hecho de pensamiento a su alrededor, que es el yo, es extremadamente importante, ya que esto es todo lo que la mente conoce identificándose a si misma con todo lo que hay en ese espacio. Y el temor de no ser nace en ese espacio. Pero en la meditación, cuando esto es comprendido, la mente puede entrar en una dimensión de espacio donde la acción es inacción. Nosotros no sabemos lo que es el amor ya que en el espacio hecho de pesamientos a su alrededor como el yo, el amor es el conflicto del yo y del no yo. Este conflicto, esta tortura, no es amor. El pensamiento es la negación misma del amor y no puede entrar a ese espacio donde el yo no es. En ese espacio está la beatitud que el hombre busca y no puede encontrar. Él la busca dentro de las frontera del pensamiento y el pensamiento destruye el éxtasis de esta beatitud. Meditaciones 1969 Parte 2.

 FUERZA VITAL. Nisargadatta Maharaj

Esta fuerza universal, expresión de «yo soy», se manifiesta en una multitud de nacimientos y de muertes. Usted la considera como una sola entidad, como «yo he nacido y voy a morir». Ahí está su error. Esta fuerza vital toma nacimiento en formas innumerables y cada una de estas formas contiene también su propia muerte.

Éste es el gran juego de la fuerza vital, pero usted no quiere considerar más que un elemento aislado. Usted se dice «yo he nacido y, por consiguiente, moriré y renaceré de nuevo». Usted forma estos conceptos como individuo, pero usted es inseparable del conjunto de esta fuerza en movimiento.

La tierra vive bajo múltiples formas. Considere las diferentes vegetaciones, plantas, hierbas, flores, árboles. Reflexione sobre cuántos nacimientos y muertes supone toda esta vegetación. Y el agua forma parte de ella, es un aspecto de esta fuerza vital, y vea el número de organismos que viven en el agua.

OBSERVACIÓN SIN JUICIO. R.Malak

1.5 ML: En cuanto a tu propia vivencia desde que descubriste esta forma de mirar y comprender, ¿podrías decirme si la forma en que nos concebimos a nosotros mismos constituye una obstrucción para que igualmente accedamos a esta observación?

R.Malak: Como personas hemos nacido en una cultura, poseemos un lenguaje que nos distingue, información variada y mucho conocimiento. Genéticamente tenemos una estructura física y funcionamos de una manera determinada, eso es lo que se conoce como carácter y personalidad. A todo esto lo identificamos como «yo». Muchos creen que solo con la racionalidad se puede saber de lo auténtico y que esta facultad nos entregará los mecanismos para explicarnos la vida, ser felices y vivir en forma plena. La mayoría ignora que las teorías se mantienen mientras sean capaces de continuar recogiendo informaciones congruentes. La mente, como cuervo, recoge todo lo que brilla y luego lo lleva a su nido, a la memoria. El cuervo desconoce que esas cosas brillantes provocarán problemas en su nido y no podrá dormir plácidamente. De igual forma los estudiosos racionales, con el exceso de información recogida, no tardan en darse cuenta de que la mayoría de las veces esta es contradictoria

Otros creen que mente es lo mismo que conciencia y se tiende a suponer que la mente es la que conoce. En la observación sin juicio la mente se ha detenido en forma natural, queda en “stand-bye”. Los pensamientos disminuyen y no son trascendentes, mejor dicho no son exigentes de atención. La comprensión es mayor. Aparentemente existe una distancia entre esta inexplicable apreciación y lo que se mueve a través de lo formal y usual, que es lo racional manejado por la mente, ya sea desarrollado de forma condicionada, por unas motivaciones de la vida, o incondicionada, por un gozo en la vivencia de la experiencia en sí misma.

Asumí que mi modo de ver me llevaba a seguir viviendo en el mundo con una comprensión que no es la que se conoce comúnmente y, por tanto, seguí manteniendo respeto por la diversidad de conceptos de los demás aunque pudieran diferir de los míos. La diferencia con los demás consistía en que lo que miraba era un reflejo de otra comprensión que provocaba en mí una disposición interior, que probablemente no era coincidente con la comprensión de las demás personas en el uso de la racionalidad vía mente y comprensión formal.

1.6 ML: Por favor, amplíame más cómo fue el proceso de comprensión a partir de esta forma de mirar, y dime: ¿con la observación sin juicio puede uno conocerse mejor a sí mismo?

R.Malak: Las vivencias permanentes de la observación sin juicio me ofrecieron comprensión y poco a poco fui contrastando a esta con las ideas de las tradiciones, las religiones y, en especial, con la mirada de otros que antes que yo habían caminado por sendas similares. Certifiqué que hay un modo de reconocer el gozo en este modo de conocer la realidad esencial, aunque nunca me sentí alejado de los problemas que tienen todas las personas y, lógicamente, de intentar solucionarlos, más aún en un país como el mío, el cual se encuentra aún con muchas carencias y limitaciones estructurales y con una fuerte y poderosa influencia religiosa.

La persona es la máscara, una identidad a nivel mental. Refleja la idea de cómo pienso de mi mismo, lo que deseo y temo, la representación de  hacer, tener y sentir, la cual se reafirma constantemente. El reflejo enmascara la esencia del Ser e impide saber de sí mismo, limitando la acción y la expresión debido a las ideas negativas o positivas de uno mismo, las cuales están enquistadas en el subconsciente. Las angustias y las euforias, los fracasos y los éxitos, la miseria y la gloria, los modos de comportarse, se diferencian por encima del Ser en sí mismo. La observación sin juicio permite conocer el sí mismo real y no la máscara.

Nombrar las cosas es una cualidad importante, de igual forma es conveniente clasificarlas y establecer parámetros para que sirvan de guía. El problema es que esto no es suficiente para lo trascendental, siempre queda algo afuera en ese modo de buscar. La mariposa de la verdad, clavada en el alfiler de la racionalidad, ya no está viva, y el buscador intolerante se torna en un ente frío y desapegado de la vida que no soporta las miles de formas distintas de mirar. RESPANDOR NO DUAL