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Paz en época de angustia

Liberación al descorrer las cortinas de la confusión

Ya no recuerdo cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que escribí un artículo. Este año han pasado muchas cosas de impacto para mí. Se casaron mis dos hijos y se murió mi mamá, desde Junio hasta Agosto… sin treguas.

Mi mamá venía mal desde hacía casi dos años, mal ella y puso mal a toda la familia, una etapa de estrés y sufrimiento. Ella era el pilar, y la estructura se quedó de pronto sin bases para los siete hijos y los 13 nietos. Verla decaer, volverse dependiente y sufrir nos puso en apuros de todo tipo, y sobre todo emocionales. Estos son los hechos en crudo.

Han pasado dos meses y medio de su fallecimiento, y todos hemos podido relajarnos y mirar desde otra perspectiva, la del alivio porque ella descansó. En esta situación de alivio aparecieron las cosas bellas, agradables, opciones liberadoras para cada una de sus hijas. Cosas que estaban siempre presentes pero inadvertidas. Cuando durante la etapa de convulsiones, médicos y enfermeras, decenas de pastillas diarias, sordera con tinnitus, alucinaciones, depresiones, pérdida de sentido absoluto, gastos, peleas, discusiones, colas para comprar un suero en Venezuela, escasez, y una lista interminable de condiciones presionantes para todos, tanto para los que estaban cerca de ella en Caracas, como para los demás allende los mares, las posibilidades de ver lo hermoso se escabullían entre las sensaciones de angustia. Ahora aparece la música y el tiempo ligero para observar un eclipse de luna para mi hermana ME, la posibilidad de cambiar de rumbo de vida y notar unas guacamayas que se paran en la ventana de la casa de mi hermana MC, fines de semana frescos frente al mar para mi hermana C, y así, opciones de disfrute sumadas a oportunidades de crecimiento económico, reencuentros y perdón.

La gran pregunta del buscador espiritual es: ¿cómo sería posible mantener la paz, que se siente en la época de ligereza, durante la época de presión?

Si nos fijamos bien, cuando hay ligereza no es porque algo se ha añadido, sino por el contrario, algo se ha soltado. Para estar en paz no hay que agregar nada. En cambio cuando se está en angustia, hay pensamientos, sensaciones y emociones que generan dicha angustia. La mayoría de las personas creen que no hay forma de evitar el que una situación dispare una idea, a continuación explote una sensación y por último desencadene una emoción. Por ello se le atribuye a las situaciones la razón de la angustia. Y suponemos que para no sentir la opresión en un momento determinado, hay que eliminar la causa, es decir, el hecho o situación que lo provocó. Esto nos vuelve dependientes del acontecer, y sólo en épocas de benevolencia sentimos paz, con su consecuente alegría.

De nuevo con la pregunta, ¿cómo sentir paz constante, pase lo que pase? ¿Cómo ser capaces de ver lo bello cuando ocurre algo que oprime? Indudablemente lo grato no está presente cuando se siente malestar. Placer y malestar son pares opuestos que excluyen a uno del otro. En cambio, observar lo bello no tiene nada que ver con el placer, tocar en el piano una pieza bella como el Ave María no depende sino de tocar con el corazón, con el alma al descubierto. Lo bello arrebata a pesar de cualquier circunstancia paralela. Pero es posible no detectarlo si mantenemos la atención puesta en el miedo, en la protección egocéntrica, en los pensamientos que una y otra vez aparecen contándonos una triste historia sobre nosotros mismos. Para escuchar y ver lo bello, la atención debe pasar por alto los pensamientos destructivos… simplemente no darles alimento.

En el fondo de todo, el sostén del existir es pleno y confiable, amable y poderoso, residir en ello es paz y es alegría natural. Cada vez que soltamos las riendas del miedo y el control de las circunstancias, nos estamos entregando a lo natural de ser. Esto es para mí real, no algo que necesite creer, ni un pensamiento “positivo” para reemplazar a los negativos. El sostén del existir es mi propio ser, es lo que descubrí tras buscar quién era yo realmente.

No tengo una receta mágica para ofrecerle a quien esté en angustia, no tengo los 10 pasos a seguir para liberarse del sufrimiento. No hay píldora ni oración milagrosa. Lo que sí sé es que hasta que no se descubra que nuestras ideas no nos definen, que el acontecer es como las escenas de una película, que así como empieza termina, y que no soy sino el espectador inafectado del flujo de sensaciones, percepciones, sentimientos, emociones y pensamientos, no salimos de la dependencia del acontecer.

Lo bello, la paz de corazón, el sentimiento de júbilo, la plenitud, no dependen de las cosas que pasan. Son expresiones espontáneas de ser. Y son nuestras ideas encapsuladas las que velan nuestra percepción, haciendo creer que ese fino velo es más verdadero que el trasfondo de existencia plena que se está dando momento a momento con todo… con sus placeres, sus dolores, sus alegrías, encuentros, soledades, éxitos, fracasos… todo es como una película sobre una pantalla, como olas moviéndose en el mar, como nubes pasando por el cielo. Con la mirada amplia y sin estructuras, la conciencia liberada de las ideas, la atención despierta y la observación sin juicios, la paz se destaca por sobre toda perturbación y la alegría sonajera vibra más fuerte que la tristeza pasajera. Tener ojos para ver, oídos para escuchar, tacto para sentir… y respiraremos los aromas de la armonía. Reconocer los velos del ego, y descorrer las cortinas para ver el paisaje completo, en plenitud… pero sabiendo desde dónde se sostiene. Desde el Ser.

Maria Luisa

La enseñanza de la no dualidad y la dificutad de las personas para asimilar sus fuertes afirmaciones ante la evidencia del sufrimiento

La no dualidad

Me preguntaron:

He trabajado con personas «perdidas» en la obscuridad de su mente, siendo imposible que se den cuenta quien es el que percibe esas sombras «amenazantes» En mi niñez lo vivi y no puedo coinciliar lo que veo cada dia con la afirmacion de que solo se trata de la conciencia o el si mismo conociendose o experimentandose. En los casos mencionados la experiencia acaba con el suicidio de esas personas si no se les tiene siempre sedadas. Por que Algo tan grande ha de perderse a si mismo una y otra y otra vez en cada individuo? Vease el caso del piloto que estrella un avion con mas de 100 pasajeros. O las personas que torturan animales y personas. Es horrible aunque solo sea UNA ILUSION: y absurdo si se habla de «el juego de lila» ¿Podrian ayudarme a hacer luz en estas cuestiones? Gracias.

N.

Le contesté:

Querida N

Tú dices que son personas perdidas (en lo que discurre en su mente, lo cual llamas oscuridad). La persona no es propiamente lo esencial, Sí mismo. Imagina esto: tú, Sí mismo, eres consciente de infinitud, amplitud, eternidad, luz, brillantez, es decir, hay conciencia de lo sin forma, anterior al discurrir mental de los conceptos. Sígueme en este símil de ejemplo. De pronto te centralizas, como si te vistieras con un cuerpo, o sea, una forma que consiste en un conjunto de medios de percepción tales como los sentidos, (vista, oído, tacto, gusto y olfato), y todo un mecanismo para recibir y procesar señales (sistema nervioso).  Con este traje aparecen las formas percibidas, los objetos, el mundo, puesto que lo infinito, es decir, la Conciencia, se presenta con múltiples opciones de manifestación. Tienes tu traje, este cuerpo, y entras a un cine. En este te sientas a ver una película que se proyecta en la pantalla. Observas que el personaje de la película está representado por un actor que se presenta con un cuerpo exacto al que tienes puesto. Entonces lo llamas yo. Te ves actuando en esa película, y observas las cosas que le ocurren al personaje (supuestamente tu). En la historia, tú, el personaje, vive una secuencia de situaciones donde se encuentra perdido, confundido, asustado, aterrorizado incluso. Desde el asiento del cine olvidas que estás viendo una proyección y sientes los mismos sentimientos y emociones que el personaje de la historia. Te pregunto ahora: ¿estás perdida? ¿Te está pasando algo realmente?

Sé que este planteamiento es fuerte desde el punto de vista de la persona que está viviendo, es decir, sintiendo situaciones confusas, oscuras, plagadas de miedo e incertidumbre. Pero el caso es que esto que se vive es temporal. El traje que se está usando para percibir contenidos de la conciencia es un traje conflictivo en el caso que estamos revisando, con un funcionamiento que genera estas proyecciones, estos sentimientos y emociones, y pensamientos complicados. La mente que ordena los procesos conscientes genera esto, quizás por el modo como funciona su sistema nervioso, tanto neurológicamente como bioquímicamente, o tal vez por impresiones de recuerdos traumáticos, etc. A todo esto, Sí mismo sigue inmutable, puesto que es lo infinito sin forma, no nacido, eterno, presenciador de todas estas apariciones conscientes. Sí mismo no se pierde, sino que la mente, el funcionamiento consciente, proyecta estos episodios. Al final, que el cuerpo termine es como desechar el traje temporal, y de hecho todo lo que ha tenido un comienzo tiene un final. Desde lo esencial, absoluto, nada, absolutamente nada, lo afecta.

Buscar soluciones para ayudar a las personas, siendo uno mismo una persona, es natural, puesto que por más que una mente complicada aparentemente ha olvidado su origen prístino, el profundo recuerdo de Sí mismo está ahí, de fondo, en apariencia imperceptible u olvidado, pero presionando por mostrarse con toda su plenitud. Por eso surge la compasión hacia el prójimo, en un intento de ayudarlo a recordar su verdadera naturaleza y salir del bosque de confusión y errores que proyecta tanto sufrimiento. Pero al final se hace lo que se puede, y cada expresión, cada persona, vive lo que le toca vivir. Y si no ha de salir de tal sufrimiento por vías aceptadas socialmente, saldrá de una u otra forma, porque como te dije, todo lo que comienza tiene un final.

Cuando la enseñanza de la no dualidad se expresa en términos tan fuertes y radicales puede pasar por alto que la persona que escucha estas enseñanzas tiene su visión obnubilada por lo que puede llegar a comprender, debido a las estructuras de pensamiento que están siendo sostenidas. La enseñanza de la no dualidad señala hacia darse cuenta de quién está presenciando de modo permanente, y pasa por alto la solución temporal para los problemas impermanentes de la persona. Por ello, a mi entender, esta enseñanza se aborda cuando ya no es cuestión de solucionar los conflictos personales, sino cuando hay un fortísimo llamado a comprender la raíz de todo lo existente, y la naturaleza real de lo que soy. Para atenuar el sufrimiento de las personas hay maneras que los médicos y terapeutas, tanto tradicionales como alternativos, llevan a cabo con la mejor de sus intenciones y el más fino de sus conocimientos y experiencia. Y reconozco que hay muchas limitaciones en este sentido, puesto que a veces los mismos médicos psiquiatras no saben qué más se puede hacer sino mantener sedadas a las personas tanto para su protección como para la protección de los que los rodean.

Vivo ese caso con la persona más cercana a mi persona, mi madre. Así que comprendo tu inquietud de primera mano. Pero también comprendo lo que se señala en la enseñanza no dual de primera mano. Y cuando ya no encuentro una solución a las situaciones cotidianas y contingentes, me limito a la presenciación desde Sí mismo, desde donde surgen soluciones nuevas, creativas, amorosas, en la aceptación de lo que es inevitable.

Como nota final te agrego: Ilusión es un concepto que corresponde ser usado por el que comprende, puesto que para la persona que no comprende su real naturaleza esencial, el mundo y las cosas son muy reales y no ilusiones. Por otro lado, el concepto Lilah se refiere al juego de la vida en armonía. Y más bien corresponde asociar la ilusion con Maya.

Maria Luisa

RECUPERAR EL EQUILIBRIO – VOLVER AL ORIGEN

Como un baile de disfracesMuchas personas descubren en algún momento que la vida no tiene sentido, y por desconocer el trasfondo real de su existencia desesperan y sufren. Por eso, para mí, lo que tiene sentido ahora es hablar de estas cosas que hablo, por empatía, ya que considero que no es suficiente buscar la medicina temporal de las creencias, ni comprarse ideas sobre la fe. Eso, según lo veo, es como pretender sanar una herida grave y profunda con agua hervida. Es necesario ir a la raíz del asunto, a la causa original del desconocimiento, o, como algunos lo llaman, la ignorancia de Sí mismo. Está escrito por sabios de todos los tiempos que el sentido esencial se conoce al conocerse a Sí mismo.

La Vida se expresa, se manifiesta sin que se pueda evitar. Es manifestación de Conciencia sin propósito. La Vida es el movimiento de la Conciencia, pero pocos reconocen esto.  Por mi parte es un hecho que me reconozco, a mí, Sí mismo que soy. Me reconozco sabiendo que soy, que existo y que todas las cosas existen y dejan de existir ante mí, la Conciencia. Aun así, sufro o disfruto la vida en base a las exigencias de mi identidad, muchas veces sumergiendo lo más brillante de la comprensión para quedar opacada temporalmente por las tendencias latentes. Una y otra vez veo cómo se produce esto, y me hace comprender lo que nos pasa a todos.

Necesitamos, para recuperar el equilibrio de la comprensión, y, para deshacernos de la aparente ignorancia, conocer los pensamientos y el movimiento que los va destacando, la mente, ya que son los pensamientos los que nos perturban cuando hay crisis. La mente es una función de la Conciencia que ordena los pensamientos, las burbujas de pensamientos. Unos se destacan sobre los otros, se disminuyen, se muestran, se esconden, retroceden, explotan, desaparecen. Son como latidos con distintas pulsaciones. No son ajenos a mí, pero los conozco. No pueden estar en ningún lugar distinto de mí, pero los observo. Como si me desdoblara, la Conciencia se centraliza y me hago yo que observo eso. El latido permanente de la Vida entra en juego con el latido intermitente de los pensamientos. Donde en esencia no hay dos, parece haber dos conjuntos de latidos, a veces sincronizados, a veces no. Pero uno es permanente y real, el otro es intermitente, transitorio, cambiante, por tanto no es absolutamente real. Sin embargo existe, pues se manifiesta y lo conozco.

Cuando hay sincronía entre el pensar y la Vida, hay amor, hay perfección, hay belleza, claridad. La mente está en su fuente, la Conciencia. Y sigue funcionando desde ahí diciendo nombres tales como: amor, perfección, belleza, claridad, unidad, armonía, paz. Desde ahí, la función es impecable.

¿Qué es lo que rompe esta sincronía? ¿Cómo sucede el sufrimiento?

Cuando la mente pretende independizarse de su fuente, es como olvidar la realidad de ser. Construye persona, construye pasado y futuro, como si fueran míos y me definieran. Construye ego, un yo con historia, un yo vulnerable, carente, necesitado, que busca completarse, mejorarse, ser apreciado. Un yo separado de millones de otros yo, ustedes.

Sufrimiento es ego, es cuando el yo que observa se separa de lo percibido, se independiza de lo percibido y a la vez, de su propio origen. Ego es un yo ilusorio, por eso cuando lo busco no puedo encontrarlo, puesto que no puede haber dos yo.

Es cuando me adormezco a mi verdadera naturaleza, y me envisto de una personalidad buscando reconocimiento, mérito, proyección, que esta ilusión hace presa de mí. Al perseguir creencias o pensamientos ideales, muchas veces se entra en conflicto con la pulsación de Vida que está aconteciendo naturalmente. Se produce una lucha desgastante por insistir en la construcción de una artificialidad. Y solemos no darnos cuenta de esto, porque el ego ciega y obstruye la claridad con la cristalización de la mente, que deja de fluir tratando de mantener las ideas fijas sobre el deber ser y la consecución de nuestros deseos. Se niega el acontecer, se rechaza, y se procede a poner la atención en un pasado en apariencia mejor o un futuro ideal.

Esta ilusión, el sufrimiento, puede presentarse en algunos casos como una alarma que me llama la atención, me despierta del ensueño de ser una soñadora, y entonces la ilusión se desvanece, el yo separado desaparece, el ego se sumerge, las dudas se disipan, los miedos se apartan, la oscuridad deja de existir, porque la he alumbrado con la visión aguda, clara, reposada, de la atención plena, la observación sin juicios. Es como recuperar un carruaje descarriado, como volver al equilibrio, como despertar de un desmayo. Es como retomar el norte. Es Vida en presente activo.

No hay donde ir, pero tampoco hay donde quedarse. Todo viene y se va, pero yo permanezco. Tanto el dolor como el placer vienen y se van, ambos, dos extremos de experiencia en el fluir de la vida.

El cuerpo, la mente, las emociones, son como motores ya diseñados y condicionados a existir de una manera determinada. Aparecen los pensamientos, se sienten emociones, se hacen cosas que responden de forma automática ante algunos estímulos. Desde la fuente, en observación sin juicio, soy presenciación de todo este movimiento, Conciencia que conoce y observa los automatismos, Conciencia, en realidad inafectada, que sostiene este movimiento. Desde la claridad, con la comprensión inmediata de esta situación, de esta realidad constante, el movimiento automático tiende a armonizarse, la respiración se calma, el cuerpo se va relajando, las emociones se apaciguan y el entendimiento va surgiendo limpiamente. La mente se va recogiendo de este modo, de nuevo, en su origen, la Conciencia.

La Vida no tiene un sentido conceptual en sí misma, porque es el despliegue de mi propio movimiento, un despliegue libre, como arcoíris de luz convertida en miles de colores. Una expresión suavemente fluida de mí, de Ser que es Conciencia, y se muestra en plenitud sin ninguna atadura. Sin embargo, la mente, mi función para manifestarme, mi función para experimentar y poder descubrir la variedad de colores que me conforman potencialmente, procesa datos, información. Procesa las tendencias latentes, los pensamientos. Y arma un posible sentido de vida, un propósito, una dirección que tiene comienzo y tiene final. Mi función, la mente, me da un disfraz temporal, me idea un papel que jugar, un personaje para vivir los episodios del juego de la vida. La realidad de Ser Conciencia es plenitud y perfección, sin embargo la ilusión de ser la persona solo muestra un reflejo de la totalidad, tan solo una selección de aspectos. Si lo olvido, sufro… o juego a sufrir.

Es necesario discernir entre lo que es real y lo que es ilusión, notando aquello que permanece y aquello que es transitorio. Es necesario que la mente funcione desde su origen, y ahí aparece todo el sentido, la dirección necesaria, un funcionamiento impecable que no necesita creerse el cuento del yo – identidad, sino que sólo lo usa, como quien asiste a un baile de disfraces… y lo goza.

Maria Luisa

Relación entre MENTE y CONCIENCIA

Estimados amigos y seguidores de este blog.

Este año ha sido bastante demandante en cuanto a asuntos familiares y de trabajo, por eso no he escrito tanto, quizás. La inspiración para escribir de forma espontánea simplemente no surgía tan a menudo como en años anteriores. Lo que sí ha sucedido es que recibimos periódicamente correos de personas que plantean dudas respecto a las enseñanzas de la no dualidad, y es en estos casos, ante una pregunta, que las respuestas suceden con fluidez. Como hay varios textos nacidos de este modo, y ante la solicitud de R.Malak de que sean compartidos para apoyar con ellos a otros investigadores, empezaré a publicar las preguntas y respuestas de dichos intercambios que han sucedido por correo electrónico o por comentarios en alguno de nuestros blogs.

Las respuestas están por lo general revisadas por R.Malak e incluso intervenidas por él.

Maria Luisa

Turiyatita

P: Hola Maria Luisa. Quisiera si es posible que me ayudes a aclarar cual es la relación entre mente y conciencia. Tu dices que la mente es una función de la conciencia, ¿ ha existido siempre la mente? Si la mayoría del sufrimiento es producto de la mente, ¿puede la conciencia deshacerse de ella.? O, ¿debe/puede ser re entrenada?

Gracias, un abrazo!

Respuesta:

En la conciencia no hay tiempo, por tanto al hablar de “siempre” es porque lo estás viendo bajo la perspectiva de la mente. La mente es en efecto una funcionalidad, no una cosa identificable. Es la función consciente de ver cosas y cualidades en el infinito movimiento consciente. También gracias a la mente se crea el tiempo y el espacio. Porque es una función que pone medidas a lo infinito. Es como poder notar que en el mar hay olas y no solo agua. Sin esa función no habría un universo observable, no habría un planeta tierra distinto de un astro sol.

La mente es diferenciación, separación, calificación, juicios. Nada de esto es malo ni inadecuado. Es tan solo así. La mente genera estructuras para poder establecer patrones de comparación. Es como si creara filtros para poder ver cosas diferentes.La mente hace suponer que el Ser (Conciencia) es un ser yo, separado y distinto de las cosas que observo. Diferencia una separación entre el sujeto que percibe y el objeto percibido. Esto es la primera división que hace la mente para establecer un sentido de vida estructurado. Crea un ego. El ego es el primer filtro y el que tamiza la percepción generando preferencias y aversiones.

La mente, función consciente, no es mala, tampoco buena. Es como es. Lo que hay que comprender es que cuando surge el ego, y hay identificación con él, comienza la ilusión. La ilusión de creer ser una entidad separada e independiente. Y es esto, esta ilusión, lo que genera sufrimiento.

No hay ningún problema en diferenciar el invierno del verano, el azul del rojo, lo alto y grande de lo bajo y pequeño. Eso lo hace la mente y no produce sufrimiento.

El problema surge cuando todo es visto a través del filtro del ego. Se prefieren ciertas cosas por encima de otras, se desea sostener importancia personal y crear expectativas de ser mejores, alcanzar éxitos, logros, para alcanzar la felicidad personal. Todo esto sostenido en una ilusión, una irrealidad. Cuando la realidad, que es un flujo constante y cambiante de percepciones, se contrasta con los deseos de mantener nuestras ideas sobre la vida, las mías propias, de mi ilusorio ego, es cuando se sufre. Y con razón, porque se quiere un imposible.

Por todo esto, no es necesario acabar con la mente, tampoco hay que modificarla. Tampoco puedes acabar con el ego, y si lo modificaras solo cambiarías de posición, pero seguirías con otro ego y otro tipo de sufrimiento. El punto es comprender esto conociendo a la mente, conociendo cómo se da todo esto. Observar el surgimiento del ego, ver cómo hace sus juegos, cómo caemos en las confusiones, perdemos la claridad, nos ofuscamos. Al observarlo, al comprenderlo, el juego del ego no tiene efecto en ti. Lo ves desde Si mismo, como un surgimiento que dura un rato, y ante la comprensión se diluye como azúcar en el agua. Sin el filtro del ego puede haber sentimientos, pensamientos, emociones, percepciones, pero ya no sufres porque las cosas no son como querías que fueran.

El Poder de lo Esencial

La Conciencia testigo de todo lo que se piensa, se imagina, se siente o se percibe, no se mueve, no tiene hacia dónde moverse. Es todo. Es atemporal y no está contenida en ningún espacio. Es la fuente de toda experiencia y conocimiento, y por eso es lo Esencial, lo que no es prescindible.

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Voy caminando por la Alameda. Hay un espacio central que divide los dos sentidos del tráfico. Los árboles se van quedando sin hojas y arriba el cielo está brillante. Voy pensando en mis asuntos y notando el movimiento inusual que se está formando a un lado, en la vereda sur. Los estudiantes se prepararan para manifestar su inconformidad con resoluciones recientes del gobierno de turno.

Lo Esencial es el único poder existente, y como tal no tiene límites.

Mis pensamientos, mi madre. Venezuela y sus gigantescos problemas, ese sí que es un gobierno que no termina su turno, parece eterno. Mi madre en Venezuela, mi madre enferma, el país enfermo. Cinco meses de sufrimiento para ella y toda la familia, 5 meses que me han incitado a revisar cómo ciertas alteraciones psíquicas transforman, desde la perspectiva del paciente, eso que llamamos realidad, la que compartimos los demás, o eso suponemos, porque, ¿cuántos no tienen problemas alucinatorios aunque suponemos que están en su cabales? Y hay que ver cómo hace variar la supuesta realidad compartida el hecho de sufrir alucinaciones.

Lo Esencial es el poder que permite la energía, la materia, y todas las cosas que las ciencias como la física, la química, la bioquímica, la astrofísica, etc., tratan de estudiar.

Es el poder que permite la experiencia psíquica y todo lo que investigan la psiquiatría, la psicología, y las ciencias que estudian esto.

Es el poder que permite la percepción por medio de los sentidos, lo que estudian los médicos como otorrinos, oftalmólogos y demás.

Es el poder que me permite escribir esto y que te permite leer esto.

Lo Esencial en mi es consciente del sufrimiento que implica el miedo. Mi mamá tiene miedo constante porque no puede confiar en sus percepciones, sus estados mentales cambian de un momento a otro sin previo aviso, y tan pronto está con sus hijas como con monstruos que la rodean. Y saber esto me entristece y duele, vienen recuerdos de mi mamá amorosa y protectora, cuando ahora suplica que la cuiden, apoyen y cobijen como a un bebé.

Ya que el poder de lo Esencial es ilimitado, y no hay otro poder que lo Esencial, nada impide que así como es todo, pueda ser al mismo tiempo algo específico, y de ese modo experimentar-se. Puede experimentar ser como una entidad o como un sujeto o como una persona, dentro del universo físico-químico- emocional-espiritual. Todo lo puede. Puede experimentar tanto lo pleno y radiante como la fracturación separadora. Desde una perspectiva infinita no hay preferencias, solo experiencias.

El otro día recibí un mail donde nos preguntaban por qué lo Esencial permite el sufrimiento. Responder esto es complicado, ya que es sólo desde un sentimiento de separación que surge esta duda. Es cuando hay identificación con el ser aparentemente separado. Es cuando no hay comprensión y además se experimenta sólo desde la fragmentación olvidando a la infinita presencia de lo Esencial como Testigo inmutable. Es cuando solo se tiene como referencia de ser al actor y se olvida la fuente original y siempre presente.

Entre las atribuciones poderosas de lo Esencial se encuentra la posibilidad de, no solo atestiguar pasivamente sino, convertirse en actor de lo atestiguado. En apariencia pasa del aspecto quieto al aspecto activo. Mientras actúa, no deja de ser la misma quietud que era antes de moverse. Y esto porque la quietud que Es consiste en testificar, en ser conciencia, conciencia de aquello que se mueve. Y el hacer o actuar consiste en tomar iniciativa en medio de los hechos, tomar decisiones y trazar un destino. El destino implica el resultado de una serie de acciones que suceden una tras otra, con lo que se necesita del tiempo, o se puede decir, con lo que se crea el tiempo. Y para que haya acción debe haber espacio, así que también se crea este.

La función consciente que permite esta simultaneidad de Ser quietud infinita y ser un sujeto que se mueve en el tiempo y el espacio es la mente. La mente es una función que permite aparecer la dualidad, el tiempo y el espacio, como contenidos de lo Esencial que es totalidad, unidad, no dualidad o como se quiera especificar. La mente es una función de la Conciencia, es lo Esencial en acción.

Voy caminando por la Alameda y todos estos pensamientos vienen, superpuestos, uno tras otro. Miro hacia arriba, por sobre los árboles, más allá de las formas… y en ese espacio infinito me diluyo. Soy testigo de todos los pensamientos, el sentimiento de hija, los recuerdos de mi mamá tan activa y creativa, la aglomeración y ruido de los estudiantes… y la claridad que está conteniendo todo esto. Veo la película de mi existir, con todos los sentimientos, con el dolor, la duda, el miedo, y a la vez con la paz que se cierne cuando la confusión de creer que soy limitada se evapora. Y todas las tramoyas que hace la mente desde que armó mi personaje para trazar posibles destinos se comprenden como un accionar lúdico e inocente en su origen.

Lo que se mueve sucede en la conciencia misma. No hay otro lugar donde pueda acontecer nada más que en la Conciencia. Lo Esencial es Conciencia. Y eso soy, eso eres, eso somos.